martes, 28 de junio de 2011

No avanzamos

Franco murió en 1975. Tres años después se votó la actual Constitución. Salvo algún que otro incidente, desde entonces podemos votar libremente y cada cuatro años al partido político que más se nos antoje. Aún así, en el siglo XXI algunos prefieren vivir bajo una dictadura, en este caso de sus propias ideas.



En estas últimas elecciones se han presentado más de 100 partidos que comprenden, o al menos lo intentan, todas las ideologías posibles, desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, pasando por los que se llaman a sí mismos de centro.

Todavía quedan en nuestro país un gran número de votantes que piensan que si gana el PP volverá una dictadura militar y, a su vez, los fieles a este partido están convencidos de que el triunfo de la izquierda lleva inevitablemente al fin de los valores de nuestra sociedad, de las familias y, en definitiva, a una guerra civil como la del 36. Respeto, aunque no comparto, estas ideas; al fin y al cabo yo no sólo no viví la guerra civil sino que soy directamente “post-constitucional”. Ahora bien, lo que no entiendo es el encabezonamiento de algunos por votar siempre lo mismo, haga lo que haga dicho partido o candidato.

Vamos a ver, ciudadanos de la Comunidad Valenciana, que no hace falta que voten a un personaje que les está robando delante de sus narices. Si tienen miedo de votar al PSOE, tienen otras opciones además del PP. Lo mismo les digo a los extremeños ¿Pero no están ustedes hasta el gorro del PSOE? Entonces, ¿Por qué les votan? Quizá cueste un poco de esfuerzo pero ¿Han probado a leerse los programas electorales de los demás partidos? Quizá alguno tenga un planteamiento más interesante que seguir robándoles o hundiendo sus localidades en la miseria.

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